Los 5 mitos sobre el aprendizaje más comunes

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Los 5 mitos sobre el aprendizaje más comunes

Gracias al avance de la neurociencia, muchas de las creencias sobre el aprendizaje se han puesto en cuestión. Algunas de ellas están muy extendidas sobre la población, incluso se siguen teniendo en cuenta en los sistemas de educación a escala nacional. En lo que atañe al estudio de los idiomas, estos mitos también son válidos, si bien en algunos casos se pueden encontrar excepciones. ¡Vamos a ver cuáles son los 5 mitos sobre el aprendizaje más comunes y qué influencia pueden tener en ti!

1) ¡No existen los estilos de aprendizaje!

¡Boom! Aquí tenemos la primera bomba. Desde pequeños nos hacen encuestas para determinar si aprendemos mejor mirando algo, escuchándolo o practicándolo. Y he aquí que esto es un mito. Pero, ¿cómo?

La existencia de los estilos de aprendizaje es uno de los mitos más extendidos.

Una de las conclusiones de los estudios es que, como afirma Héctor Ruiz Martín en su libro ¿Cómo aprendemos?…, “no es que estas personas tengan una predisposición natural a aprender de este modo, sino que espontáneamente han desarrollado estas estrategias para aprender. No son estilos, son preferencias creadas por el hábito”. Además, como parece evidente, se ha comprobado que la “mejor opción sensorial casi siempre la determina el objeto de aprendizaje”.

Nadie aprende a conducir leyendo un libro sobre conducción.

Para el tema que nos interesa, el aprendizaje de idiomas, nos advierten de que la variación en las “referencias sensoriales” (es decir, si lo vemos, escuchamos o practicamos) es una de las claves. En definitiva, no se trata de que alguien no pueda aprender, por ejemplo, de forma visual, sino que, si le damos la información desde otro punto de vista, cuenta con más “pistas” para entender y, en definitiva, aprender el objeto de estudio.

Así que, aunque te consideres una persona con una mayor memoria visual y menor auditiva, prueba a introducir ímputs de audio. La variación en las “referencias sensoriales” es la clave. Por eso, en Señor Ricardo puedes encontrar recursos de todo tipo, y así hacer más rica la experiencia de aprendizaje. Échale un ojo aquí a todo lo que te ofrezco.

2) No existen las ventanas de aprendizaje (¡con una excepción!).

Otro de los mitos es que, cuanto más mayores nos hacemos, menos capacidad de aprender tenemos. En virtud de esto, muchos padres corren como locos para apuntar a sus hijos a un montón de cursos de diferente tipo, pensando que luego les costará todo mucho más. Este mito se basa en la gran cantidad de conexiones sinápticas (de neuronas) con que cuentan los bebés y los niños, que luego se reducen con el tiempo (la poda sináptica, se llama). Sin embargo, se ha demostrado que no existe una correlación tan directa entre estas conexiones y la capacidad directa de aprendizaje. Es más, se sabe que si el cerebro las reduce es porque, literalmente, no las necesita, pues ha adquirido ya esos conocimientos básicos. Ahora bien, aquí nos encontramos con una excepción que nos importa, y mucho. Como dice Héctor Ruiz en el libro anteriormente citado, “quizás una excepción a destacar sea la adquisición del lenguaje, para el cual existe un periodo sensible de unos 12 años, en que el cerebro ofrece una particular facilidad para su aprendizaje a partir de la mera interacción social.”

Hasta los 12 años el cerebro nos ofrece ventajas coginitivas para aprender un idioma.

De todos modos, no hay que alarmarse. La capacidad del cerebro de transformarse por las demandas del aprendizaje y del entorno (neuroplasticidad), nos permite crear sinapsis (conexiones entre neuronas) durante gran parte de nuestra vida.

Existe un ventana real para el aprendizaje de idiomas hasta los 12 años.

3) Potencia cerebral.

Quizás últimamente te has encontrado con algún libro que pretende “potenciar tu cerebro” (yo al menos sí, están de moda). Pero esto, ¿de qué va? ¿Cuál es su razón de ser? Como se supone que usamos solo el 10% de nuestro cerebro, a algunos se les ha ocurrido la brillante idea de “despertar” a nuestro perezoso cerebro, que desperdicia ¡hasta un 90% de su potencia! Pero, lo siento, tengo malas noticias para los que confiaban en el potencial oculto de su cerebro: las técnicas de neuroimagen (que nos permiten observar el cerebro en acción) nos han demostrado que todo el cerebro está activo la mayor parte del tiempo. ¡Todo el cerebro!

Tu cerebro usa más del 10%, ¡no te preocupes!

De igual forma, se ha comprobado que las personas superdotadas no activan de una forma más intensa esas neuronas de las que estamos hablando.

Mi consejo: ahórrate ese dinero que te ibas a gastar en libros basados en mitos del aprendizaje.

4) Lateralidad cerebral y hemisferios dominantes.

Vamos, lo de que una zona del cerebro domina a la otra y en consecuencia contamos con unas u otras habilidades. Según esta teoría, las personas de <<cerebro izquierdo>> serían verbales, analíticas y lógicas, mientras que las personas de <<cerebro derecho>> serían artísticas, emotivas y creativas.

Otro de los grandes mitos se basa en la diferenciación radical entre los hemisferios.

Esto se ha basado en que realmente algunas partes del cerebro no son simétricas. ¡Pero esto no significa que funcionen de manera independiente!

Las pruebas neurocientíficas muestran sin lugar a dudas que cualquier persona, ya sea lógica y analítica o emocional y creativa, usa ambos hemisferios del cerebro simultáneamente cuando realiza cualquier tarea.

La misma OCDE lo dice: “no hay evidencia científica que sugiera una correlación entre el grado de creatividad y el nivel de activación en el hemisferio derecho”.

5) Los entornos muy ricos en estímulos mejoran el cerebro.

La verdad es que este mito se basa en un error de interpretación de un famoso estudio realizado con ratas (¡sí, con ratas!) por Rosenzweig en los años 60 del siglo pasado. En este estudio se concluyó que las ratas sin estímulos desarrollaban menos sus cerebros.

Demasiados estímulos también pueden generar caos.

En realidad, lo que se ha comprobado es que la privación total de estímulos hace disminuir la “capacidad cerebral”, pero un mayor número de estímulos por encima de un entorno natural no produce una mejora significativa. — En conclusión, por mucho que te cueste, puedes desechar la idea de que “eres más de memoria visual”, así como la convicción de que eres más “artístico/a” simplemente porque eres de <<hemisferio derecho>>. Son solo parte de los 5 mitos sobre el aprendizaje. Por otra parte, no todo son malas noticias. Ahora que sabes que usas mucho más del 10% de tu cerebro y que, además, tu cerebro se transforma y adapta a tus demandas, seguro que te sentirás con más ganas de seguir sacando partido a tu potente cerebro. Para otro día, te cuento cuáles son los mecanismos más efectivos para el aprendizaje. — Fuentes: – Héctor Ruiz Martín (2020), ¿Cómo aprendemos? Una aproximación científica al aprendizaje y la enseñanza.  – Organisation for Economic Co-operation and Development (OECD) (2002), Understanding the brain: Towards a new learning science. – Rosenzweig, M. R., Bennett, E. L., y Diamond, M. C. (1972). Brain changes in response to experiencie.