Ahora que está tan de moda aplicar diferentes técnicas para la lectura, quiero plantearte algunos trucos para leer en otro idioma.
Es muy recomendable hacer la lectura de un párrafo o parte del texto dos veces y por dos motivos.
En primer lugar, porque si te encuentras con un texto difícil, en la primera lectura puedes trabajar el vocabulario nuevo y detenerte en los aspectos gramaticales que te presentan más dificultades. Puedes hacer notas, subrayar, colorear,… En la segunda lectura, gracias a ese trabajo anterior, vas a poder entender el sentido general mucho mejor. ¡Y de eso se trata!
Tampoco es cuestión de buscar cada palabra que no conoces en el diccionario, sino las que te impiden comprender la trama o la historia.
En segundo lugar, una doble lectura es deseable cuando quieres recordar un vocabulario preciso. Imagínate que estás interesado/a en el vocabulario médico y precisamente hay una escena que ocurre en un hospital. ¿Por qué no leerlo tantas veces consideres necesario? Volver a leer un texto refuerza la memoria, ¡está comprobado!
Ahora que está tan de moda la lectura rápida, hay que recordar que cuando leemos en otro idioma, este tipo de lectura solo nos dejaría con la sensación de no entender nada y de perder el tiempo. Es preferible hacer una lectura lenta, incluso muy lenta.
Voy a ponerte una situación parecida que puede darnos un ejemplo: la lectura de un padre o madre a su hijo pequeño. En este ámbito, muchos pedagogos y psicopedagogos recomiendan a las madres lecturas lentas cuando leen a sus hijos, especialmente si la historia resulta difícil. Al fin y al cabo, el niño, como nosotros cuando leemos en un idioma que no es el nuestro, está aprendiendo un idioma. Y no tienen ningún inconveniente en parar a su madre para preguntar: ¿qué significa “castillo”?, o “¿por qué el dragón secuestró a la princesa?”
Cuando lees en un idioma extranjero, piensa en la forma en que un/a padre o madre lee a su hijo pequeño.
De los trucos para leer en otro idioma, ¡este es mi favorito!
Estas pausas reflexivas tienen una doble finalidad.
Por una parte, porque ayudan a la comprensión de la historia o trama. Al final de cada fragmento, puedes preguntarte: ¿qué ha pasado aquí? Si sabes responder a esta simple pregunta, ¡vas por buen camino!
Hacerte preguntas sobre el texto no es perder el tiempo. Al contrario, te mantendrá motivado para seguir.
Por otra parte, porque puedes detenerte a reflexionar sobre lo que ha pasado y pensar en lo que puede ocurrir a continuación. Esto ayuda a mantenerte “enganchado/a” (interesado/a) en la historia.
Cuando leemos en otro idioma, el esfuerzo que hace nuestra cabecita (también la llaman “carga cognitiva”) es elevado.
Todos podemos leer en nuestra lengua horas y horas. ¿A quién no le ha ocurrido con “Harry Potter” o “Los pilares de la tierra”? Pero cuando tenemos que pensar en el significado de cada palabra, la cosa cambia.
Deja de leer en cuanto tu cabeza te diga: ¡basta!
Parece una “perogrullada” (ya sabes, una cosa obvia), pero a veces nos olvidamos de la cantidad de estímulos que tenemos a nuestro alrededor.
Lo mejor es dejar a un lado el móvil (o, por lo menos, dejarlo en silencio), apagar la tele y, si hace falta, ¡hasta la lavadora!
Está más que demostrado que hasta la más ligera distracción nos hace perder la concentración. También lo está que el cerebro es muy flojo. Si le das a elegir entre hacer el esfuerzo de leer un fragmento difícil o disfrutar de la última foto de tus amigos en Instagram, va a cerrar el libro inmediatamente.
En fin, ya ves, para leer en otro idioma debes tener algunas cosas en cuenta. Algo muy importante es no comparar tus lecturas en tu propio idioma, porque el cerebro va a elegir lo más fácil. Y un consejo general, como ya te comentaba más arriba:
Conviértete en un/a niño/a que no deja de hacerse preguntas mientras entra al 100% en una historia que saborea despacio, muy despacio.
¡Espero que te sirvan estos 5 trucos para leer en otro idioma!
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